lunes, 28 de octubre de 2013

Sobre el artículo publicado en El País el pasado domingo 20 de Octubre del 2013 titulado “Mártires”, escrito por Manuel Vicent y que alude a la beatificación de más de quinientos mártires fallecidos en la Guerra Civil española.

En primer lugar me gustaría felicitar al autor porque es un artículo muy conseguido, con una gran fuerza y una gran sensibilidad poética. Sin embargo, hay varios aspectos en los que discrepo y por eso me gustaría compartir mi opinión, especialmente con el autor.
En primer lugar, decir que la Guerra Civil generó “mártires de uno y otro bando” me parece correcto si se habla en general, pero no si se alude a una beatificación, como es el caso del artículo. Me explico: la palabra “mártir” tiene origen religioso pero se utiliza por analogía para designar a las víctimas a causa de un ideal. Este sería el caso de su uso en el artículo. Sin embargo, no hay mártires fuera de la Iglesia en sentido estricto, y creo que el artículo del Sr. Vicent debería ser más preciso al utilizar el término. 
En sí, una beatificación es un acto canónico en el que se declara solemnemente que ciertas personas están en el cielo. Se realiza una investigación de la vida de esa persona y de las circunstancias de su muerte, y si las conclusiones son que es razonable pensar que tal persona está en el cielo, se procede a su beatificación. O sea que no se trata de un acto político, ni de un homenaje... y por eso en el caso de la ceremonia de Tarragona se cuidó tanto que no hubiese banderas ni símbolos políticos, para evitar conflictos y que el acto fuese estrictamente religioso. Así, no se nombró a las víctimas del franquismo, porque no se sabe si están en el cielo o no, hasta que alguien proceda a investigar la vida de esas personas. Pero decir que a las víctimas del bando republicano “sólo les cantan los pájaros en los árboles” y no los ángeles, aunque es una opinión, nadie dice que no pueda haber republicanos en el cielo -yo espero sinceramente que sí los haya, y soy católica-, aunque la investigación esté por hacer.
Una frase del artículo que me puso especialmente nerviosa es esta: “A los mártires de la Iglesia les rezan los fieles de derechas”. Porque yo les rezo y no me considero de derechas, como el mismísimo Papa Francisco, que hace relativamente poco afirmó en una entrevista que él era de izquierdas. Esta afirmación se basa en los tópicos del franquismo, no en lo que es la vida ahora. Igualmente, describir las iglesias como necesariamente de estilo barroco con retablos decorados con pan de oro (¡que no “falso oro”!) es una visión bastante pobre de lo que son las iglesias en la actualidad, que están decoradas de maneras muy diferentes, especialmente las de construcción más reciente. Le invito al autor a darse una vuelta por distintas iglesias para constatar lo que aquí afirmo.
Y me parece curioso que se tache de “acto provocativo” la beatificación, puesto que en dicha ceremonia se dejó claro que los mártires perdonaron a sus verdugos, contribuyendo ésto a su santidad. Sin embargo, el artículo del señor Vicent sí que me parece provocativo, puesto que insiste en crear diferencias y avivar las rencillas que quedaron entre los dos bandos de la Guerra Civil.
Permitidme una última consideración: según una visión más moderna de la vida, religión y política ya no están unidos, como pasaba en cierta manera durante el franquismo. Y si no se nombra beato a ninguna persona de ideología comunista o anarquista, me parece lo correcto, porque ¿se puede decir que está en el cielo alguien que no cree en su existencia? Aunque puede ser que imaginando que un día se nombrase beato a algún “republicano”, estoy segura de que también se crearía cierta polémica y que alguno se quejaría de algo así como apropiación indebida: la Iglesia tratando como suyos a gente que en vida se opuso a ella. En el fondo, que no se mencionara a los fallecidos en la Guerra Civil del bando republicano o a las víctimas del franquismo en la beatificación del día 13 se trata de respetar la libertad de conciencia, también de los difuntos.

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